sábado, 18 de abril de 2009

Francisco Barajas por...

...Alonzo Gutierrez Febrero 2003



Francisco Barajas trabaja como un obrero empecinado en establecer un diálogo amoroso y loco con sus materiales.
Diálogo cuyo objetivo es establecer lo mínimo o lo que más sencillo que se necesita para el seguimiento de la relación Artista- Objetodearte-Espectador. En ése orden; pero sin terminar ahí, también de regreso a sí mismo, “de vuelta a la fuente del movimiento, el deseo, de la idea” como diría Klee.
De ésta manera Barajas parece que intenta comunicar el gran respeto que siente por los materiales, por los papeles, por los lápices, por las tintas, por la Naturaleza entera. Da la impresión que pasa mucho tiempo en el silencio, pensando en que es lo mínimo que le puede hacer a un papel para obligarnos a mirar la dignidad de la hoja blanca, con una gran sensibilidad y como con el temor de mancillarla.
Así Barajas expresa sutiles tonalidades, matices, seguras líneas e intensísimos oscuros y complicadas tramas; grafitos y tintas en su propia integración con los papeles. Todo sugiere seguridad, limpieza y adecuación. Luego vienen los papeles doblados y recortados en los cuales se induce a la pregunta de cuál es el preciso sitio para efectuar los doblajes y los cortes.
Diálogo de arte plástico puro, en el cual no existe conceptualización intelectual aparente, como en las primeras interrogantes de las tramas arbóreas de Mondrian, plástica pura, como en los descubrimientos de las improvisaciones de Kandinsky, plástica pura, como las más humildes y no por eso menos bellas acuarelas de Paul Klee.

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